Tarta Selva Negra

En primer lugar, preparamos la masa quebrada para un molde de 28 cm. Para ello ponemos la harina en un bol con el azúcar glass y la sal, mezclamos y añadimos el aceite. Incorporamos el huevo batido y mezclamos hasta que se forme una masa a la que daremos forma de bola. La envolvemos con film transparente y dejamos reposar para que tome consistencia.

Pasado ese tiempo, estiramos la masa quebrada sobre un papel de hornear con ayuda de un rodillo hasta que tenga un espesor de unos 4 milímetros. Cortamos un círculo de 28 centímetros, lo pinchamos con un tenedor por varios sitios para que no se hinche al hornearla. Horneamos durante 20 minutos a 180ºC hasta que esté dorada. Cuando esté lista la sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

A continuación, preparamos el bizcocho de cacao. Para ello, separamos las yemas de huevo de las claras y reservamos estas últimas. En un bol grande batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su volumen. Añadimos a continuación el aceite sin dejar de batir.

En otro bol, mezclamos la harina, levadura y el cacao en polvo y lo añadimos con movimientos envolventes a la mezcla de yemas, azúcar y mantequilla.

Montamos las claras a punto de nieve y las integramos a la masa. Preparamos un molde de 28 cm. Vertemos la masa y horneamos durante unos 30-35 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo de brocheta este salga limpio.

Montamos entonces la tarta. La masa quebrada será la base de la tarta. Una vez preparado el bizcocho y enfriado se corta en tres rebanadas.

Se monta la nata con el azúcar. Para dar más estabilidad a la nata y que aguante firme de un día para otro la reforzamos con unas hojas de gelatina. Para ello, hidratamos las hojas de gelatina en agua fría, cuando estén hidratadas las escurrimos bien,

calentamos 3 cucharadas de licor de cerezas y disolvemos en él la gelatina. Incorporamos esta mezcla a la nata montada poco a poco.

Sobre la masa quebrada, se unta una capa de mermelada de cerezas. A continuación, colocamos una plancha de bizcocho. Sobre ésta, se extiende una capa de nata montada. En la siguiente plancha, se vuelve a cubrir con nata y con las cerezas de confitadas. Se coloca la última de las rebanadas del bizcocho sobre la que se extiende más licor de cerezas y se cubre con nata.

Con una manga pastelera, se recubre totalmente con nata todo el pastel y se deja reposar en la nevera. Una vez reposado, la tableta de chocolate en virutas servirá como topping de toda la tarta, a la que se le espolvorea también azúcar glass y se colocarán cerezas.